La realidad supera el silencio
En la ciudad de Lugo, la violencia filio-parental sigue siendo una realidad oculta, aunque cada vez más reconocida. Según informa el diario El Progreso, la Fundación Amigó ha atendido en la provincia a una treintena de familias afectadas por esta forma de violencia, una cifra que confirma la necesidad de seguir invirtiendo en prevención, acompañamiento y reeducación.

El programa específico que la fundación desarrolla en Lugo se centra en adolescentes de entre 12 y 18 años, y busca intervenir en situaciones de violencia psicológica, física o verbal ejercida por los hijos hacia sus progenitores. Los perfiles atendidos reflejan la complejidad de este fenómeno, que suele estar acompañado por otras problemáticas, como la baja autoestima, el aislamiento, el mal uso de las tecnologías o la falta de normas claras en el hogar.

La intervención se basa en el trabajo conjunto con las familias, fomentando la comunicación, el respeto mutuo y la adquisición de herramientas para gestionar los conflictos sin recurrir a la violencia. El enfoque es terapéutico, educativo y sobre todo humano, desde una mirada que no culpabiliza, sino que comprende.

Este tipo de programas cobran especial relevancia si tenemos en cuenta que, según datos nacionales, solo entre el 10 y el 15 % de los casos de VFP se denuncian, lo que implica que la mayoría permanece en silencio, sin apoyo y sin intervención. En este contexto, la labor de entidades como Fundación Amigó resulta imprescindible para romper el aislamiento de las familias y brindar alternativas reales de mejora.

Desde SEVIFIP, celebramos el trabajo de la Fundación Amigó como un ejemplo de intervención profesional comprometida y recordamos que la violencia filio-parental no es un fracaso familiar, sino un síntoma social complejo que necesita ser comprendido y abordado desde el acompañamiento, la formación y la colaboración entre instituciones.

Lee el artículo de Jaureguizar en el diario El Progreso

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