El testimonio de Rosa, madre zaragozana de un adolescente con comportamientos violentos, pone rostro a una realidad cada vez más frecuente pero aún silenciada: la violencia filio-parental. Lo que comenzó como respuestas agresivas y gritos terminó con lanzamientos de objetos, insultos, amenazas y agresiones físicas. Durante meses, Rosa vivió con miedo en su propio hogar, encerrándose para protegerse, con otro hijo pequeño también expuesto al conflicto.
Su historia, recogida en el Heraldo de Aragón, refleja una situación límite provocada por la ausencia de límites y orientación emocional, tal como señalan los expertos consultados, entre ellos el psicólogo Raúl Gutiérrez, coordinador de Infancia y Juventud de la Fundación Rey Ardid. Raúl, ponente en el IV Congreso Internacional de Violencia Filio-Parental, alerta sobre el riesgo de que los jóvenes no cuenten con figuras adultas claras que los guíen, lo que favorece el desarrollo de conductas violentas.
La Fiscalía de Aragón incluye los casos de violencia filio-parental como los más numerosos entre las causas de violencia doméstica en su memoria de 2023, aunque reconoce que muchas situaciones no se denuncian. De hecho, los expedientes judiciales abiertos en España por este motivo superan los 4.000 al año, según Fundación Amigó, siendo solo la “punta del iceberg”.
La historia de Rosa evidencia que la violencia filio-parental puede prevenirse y abordarse, pero requiere formación, atención profesional e implicación familiar.
Lee el artículo completo de Ana Esteban en el diario Heraldo de Aragón
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