En la provincia de Lugo, las agresiones de hijos a padres generan alrededor de 30 denuncias al año, según datos recopilados por la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (Ufam) de la Policía Nacional. Sin embargo, este número solo representa una pequeña fracción de la realidad, ya que se estima que solo se denuncian entre un 10% y un 15% de los casos totales de violencia filio-parental. Aunque la cifra parece baja, la realidad es mucho más alarmante.
La violencia filio-parental no se limita a agresiones físicas; el 90% de los casos registrados también involucran violencia psicológica. Los motivos de estas agresiones son diversos y a menudo están relacionados con trastornos o adicciones por parte de los agresores, como el consumo de alcohol o drogas, según indica un estudio de la Fundación Amigó.
A pesar de la importancia de la educación y el apoyo parental, es fundamental intervenir en etapas tempranas para prevenir la escalada de la violencia. Un estudio realizado por la Fundación Amigó señala que es crucial detectar y abordar las conductas violentas en sus etapas iniciales para evitar situaciones más graves en el futuro.
La violencia filio-parental es un problema social relevante, con implicaciones significativas para el bienestar emocional de las familias afectadas.
Conoce más sobre este tema y sus implicaciones en el siguiente artículo: El Progreso.