En un preocupante caso de violencia doméstica, un adolescente de 15 años fue capturado en Bogotá por agredir física y verbalmente a su madre. La detención fue llevada a cabo por la Unidad Básica de Investigación Criminal de Infancia y Adolescencia en el barrio Villas del Rincón, localidad de Suba, tras una orden emitida por el Juzgado 6 Penal del Circuito Municipal para Adolescentes con función de garantías de Bogotá.

La madre del joven, quien durante mucho tiempo había soportado los maltratos, decidió finalmente denunciar a su hijo ante las autoridades. Este acto de valentía y desesperación refleja una triste realidad que, aunque parece increíble, es cada vez más común: la violencia filio-parental. Este tipo de violencia, que involucra agresiones físicas, psicológicas y económicas de hijos hacia sus padres o cuidadores, es un fenómeno creciente y preocupante en la sociedad actual.

La escalada de la violencia filio-parental

La violencia filio-parental no es una cuestión de simples disputas familiares; se trata de un patrón de conducta violenta y reiterada. Según expertos, estas agresiones pueden manifestarse de diversas formas: desde gritos y insultos hasta amenazas y agresiones físicas.

La madre, cansada de soportar el abuso, recurrió a las autoridades para poner fin a su calvario. “Este menor de 15 años infligía malos tratos físicos y verbales contra su propia madre”, señalaron las autoridades tras la detención. Lamentablemente, este no era un incidente aislado. El adolescente ya había sido capturado y llevado a centros de protección en anteriores ocasiones por la misma conducta.

La denuncia y el apoyo

El caso de esta madre y su hijo pone de manifiesto la importancia de denunciar la violencia doméstica, sin importar el agresor. En muchos casos, el miedo, la vergüenza o el desconocimiento impiden que las víctimas busquen ayuda. Sin embargo, la denuncia es un paso crucial para detener el ciclo de violencia y proteger a las víctimas.

Es esencial que las víctimas de violencia filio-parental reciban el apoyo necesario, tanto legal como psicológico, para superar el trauma y recuperar su bienestar.

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