La violencia filio-parental, definida como las agresiones cometidas por los hijos hacia sus padres, es una problemática en auge en España. A pesar de la gravedad de la situación, se estima que muchas de las agresiones no se denuncian debido a sentimientos de vergüenza, culpa y miedo, tanto por parte de los hijos como de los padres. Estudios recientes revelan que un 14.2% de los adolescentes ejercen violencia psicológica y un 3.2% violencia física contra sus figuras parentales, lo que subraya la necesidad urgente de abordar este fenómeno.

El origen de la VFP es multifactorial. Factores como la falta de habilidades parentales, la exposición a la violencia, el estrés crónico, los problemas de conducta y las adicciones pueden contribuir al desarrollo de estas conductas. Ante los primeros signos de estas conductas, es fundamental que las familias busquen ayuda para prevenir una escalada en la violencia.

La Sociedad Española para el Estudio de la Violencia Filio-Parental (SEVIFIP) subraya la importancia de establecer un protocolo policial específico para la detección y abordaje de la violencia filio-parental. SEVIFIP también ha sido consultada en dos proposiciones no de ley presentadas ante el Congreso de los Diputados en 2019 y 2021, que buscaban avanzar en la legislación específica sobre esta problemática, aunque ambas propuestas no prosperaron.

El sistema judicial español no tipifica la violencia filio-parental como un delito específico, pero la aborda bajo los artículos del Código Penal relativos al maltrato intrafamiliar. Es crucial que tanto las familias como las instituciones trabajen de manera colaborativa para detener estas conductas y mejorar la convivencia familiar, dando el primer paso al pedir ayuda y participar en programas de intervención.

Lee la publicación completa «Cuando los hijos e hijas tratan con violencia a sus padres: pautas psicológicas y legales» de la editorial The Conversation