El Juzgado de Menores de Gipuzkoa ha reportado un alarmante incremento en los casos de violencia filio-parental y delitos contra la libertad sexual, destacando que las situaciones más graves ocurren fuera del horario habitual de atención. Esta violencia familiar, ejercida principalmente por adolescentes varones, afecta a padres y madres que, ante la desesperación, solicitan órdenes de alejamiento para sus propios hijos, quienes son trasladados a centros de acogida de urgencia. Las dificultades para ejercer la autoridad parental, sumadas a problemas de consumo de sustancias, son factores recurrentes en estos casos.
En el último año, el enfoque de las autoridades ha cambiado, pasando de centrarse únicamente en el menor agresor a considerar toda la unidad familiar. Algunas de las situaciones más complejas incluyen denuncias cruzadas entre padres e hijos, lo que revela una dinámica familiar más profunda y problemática. Además, la Fiscalía destaca el riesgo que presentan las familias reconstituidas, donde el ejercicio de la autoridad por parte de un progenitor no biológico genera tensiones adicionales, especialmente en varones adolescentes.
Otro aspecto preocupante es la violencia vinculada a la identidad sexual de los menores, donde la falta de aceptación por parte de la familia puede desencadenar insultos, agresiones y amenazas. En estos casos, los adolescentes enfrentan situaciones insoportables, al verse imposibilitados de expresar su verdadera identidad dentro de su hogar. Para muchos, denunciar estos abusos se convierte en un acto heroico, enfrentándose a un entorno familiar que no los apoya.
Lee el artículo completo de Jorge Napal en el diario Noticias de Gipuzkoa